Columna Mensual: Agua
“Hay mucha agua sin vida en el universo, pero en ninguna parte hay vida sin agua”
Sylvia A. Earle
Sin agua no hay vida así de simple y llano. Cuando se han explorado planetas como Marte, más que vida han buscado agua o rastros de la misma. Ese medio donde precisamente se originó la vida en la tierra hace unos 4,000 millones de años. ¾ partes la tierra está formada por agua así como casi el 70% del cuerpo humano. El ser humano puede sobrevivir de 5 a 7 días sin agua. Miles de personas y niños alrededor del mundo caminan 200 millones de horas cada día para encontrar agua y son 2,200 millones de personas no tienen acceso agua potable. Todo esto sin considerar que sin agua no se podrían sembrar los millones y millones de hectáreas que nos dan alimento cada día.
Por otro lado, el agua, principalmente la que nos cae del cielo, es generalmente una bendición; aunque hay ocasiones que puede generar desgracias. De acuerdo con el banco mundial 9 de cada 10 desastres naturales tienen relación con agua.
Es tan crítica para muchos países que según este organismo el PIB de algunas regiones podría reducirse hasta en un 6% para 2050 por pérdidas de agua relacionadas con agricultura, salud, ingresos y propiedad.
Como sabemos no sería posible sembrar nada sin agua; ni siquiera el frijolito que veíamos crecer en un frasco e3 vidrio en la primaria. El agua es fundamental para poder alimentar al planeta. Dentro de 30 años seremos más de 10 billones de humanos y tendremos una demanda muy superior de alimentos a la actual. 3.2 billones de personas viven actualmente en zonas agrícolas con sequías y problemas de agua, y por si esto fuera poco, el 78% de lo más pobres en el mundo viven en zonas rurales que dependen de la agricultura.
Sólo el 20% de la tierra que nos da alimentos tiene algún sistema de irrigación, pero este produce el 40% de los alimentos y el 55% del valor de los mismos. Esto nos habla de la urgente necesidad de seguir innovando y buscando llevar más y mejores sistemas de riego a todos los rincones del mundo.
Una de las mayores bendiciones de Sinaloa es su estructurado sistema de irrigación que tiene ya casi una centuria de su desarrollo. Con sus 11 ríos y 11 presas somos un estado privilegiado para la agricultura. Por ahí recuerdo haber leído en el libro “El Oro Rojo de Sinaloa” de Eduardo Frías Sarmiento, que nuestra posición privilegiada por décadas en la producción y exportación de alimento no se debió a que tuviéramos la tierra más fértil, pero a que supimos planear e invertir a tiempo en el desarrollo hidráulico del estado.
Este año hemos sido bendecidos con abundantes lluvias. De hecho, en agosto fue el estado con más lluvias en México con 339mm/m2. Y de prever un año complicado y con posible sequía, las presas se recuperaron considerablemente. A este mes estamos a un 76% de capacidad de las mismas, mientras que año pasado, en estas mismas fechas, estábamos a poco menos de 56%. Un incremento considerable que asegura la disponibilidad de este líquido para la presente temporada 2022-2023. Recordemos que en años anteriores los productores han tenido que dejar de sembrar miles de hectáreas o terminar cosechas más temprano a falta de la misma.
Nuestro principal competidor en producción, Florida, también tuvo fuertes lluvias, pero desafortunadamente para su población vino acompañada del huracán Ian y por ende de vientos de hasta 150 millas/hora. De acuerdo a algunas publicaciones, el más destructivo desde 1935. Miles de hectáreas de hortalizas fueron dañadas, lo que ha elevado los precios por los cielos. De igual manera se espera siga habiendo desabasto por varias semanas.
En California, otro importante productor de hortalizas, la historia es todo lo contrario. Están pasando por una tremenda sequía. California es el primer productor a nivel mundial de tomate para proceso, llegando a representar el 95% de la producción de Estados Unidos y el 35% de la producción mundial. El USDA (Departamento de Agricultura de EEUU) redujo pronóstico de producción de tomate para este año de 12.2 millones de toneladas a 10.5 millones por el efecto de la sequía. Cabe destacar que los últimos 3 años en conjunto han sido los más secos que se hayan registrado en la historia de este estado.
Como hemos visto el agua nunca dejará de ser protagonista en la producción de alimentos. Y siendo los agricultores uno de sus principales usuarios (70% según el banco mundial) tenemos la responsabilidad de buscar innovar en su uso y preservación, sin poner en riesgo la oferta de alimentos.